miércoles, 24 de junio de 2009

Una vez...


"Ella siempre estaba ahí. El cielo cambiaba sus estados, las calles sus
colores y los pajáros abandonaban sus nidos estación a estación. Pero ella
no. Cada mañana cuando salía a trabajar, podía verla escondida tras las
cortinas blancas, espiando a ver que era lo que sucedía allá afuera. Odiaba
aquel molesto chusmerío, del cual jamás sabría que y con quien se comentaba.
Pero siempre existen las excepciones. Una vez me sonrío y admire la belleza
que escondía su rostro. Y a partir de ese momento, nada fue igual entre los
dos..."



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