Subió al colectivo y casi sin mirar al conductor, le pidió el boleto hasta morón. Puso sus monedas, tomo el boleto y miro
panoramicaménte el colectivo hasta
notarme (para mi sorpresa) en el último asiento. Empezó a caminar para el fondo. No podía creer que viniera directo hacia mi. De hecho no lo estaba haciendo: se sentó un asiento mas adelante. Mi situación era incomoda: me había hecho una promesa a mi mismo y no podía fallarme. Entonces, casi sin
proponermelo, mire al suelo y en el detalle de su carpeta, asomó su nombre...
siempre nos vas a dejar con la intriga???? jejejeje
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